Los negociadores de los Estados miembros y del Parlamento Europeo han llegado a un acuerdo para prorrogar por un año las medidas agrícolas de apoyo a Ucrania. Según el mismo, los productos agrarios procedentes de Ucrania entrarán en la Unión Europea libres de aranceles hasta el 5 de junio de 2025.

Sin embargo, para evitar alteraciones de algunos mercados concretos se ha acordado un mecanismo llamado de “freno de emergencia”. Consiste en volver a aplicar aranceles cuando las importaciones superen un determinado umbral. Se aplicará solo a algunos productos, en concreto a las aves, huevos, azúcar, miel, avena, maíz y grañones. Sin embargo, el trigo y la cebada seguirán entrando sin trabas.

Ese freno de emergencia se activará cuando las importaciones de los productos citados superen la media de las realizadas en los años 2022 y 2023.

Las organizaciones agrarias están decepcionadas con el acuerdo. Reclaman que se incluya en ese mecanismo al trigo y que se considere también el año 2021 como período de referencia.

Por otro lado, la Comisión Europea ha propuesto incrementar los aranceles a las importaciones de cereales, oleaginosas y productos derivados procedentes de Rusia y de Bielorrusia.

En el caso del trigo, el maíz y la cebada se aplicará un derecho de aduana de hasta 95 euros por tonelada y las oleaginosas y aceites vegetales se gravarán con un arancel del 50%.

Estas medidas buscan evitar que el cereal ruso desestabilice el mercado comunitario e impedir que Rusia utilice los ingresos procedentes de la venta de estos bienes para su guerra con Ucrania.