En los últimos días se ha hablado mucho en Bruselas de simplificación.  En la primera sesión del Consejo Agrícola del año, el comisario de Agricultura, Christophe Hansen, anunció un nuevo paquete de medidas de simplificación de la PAC sin esperar a la próxima reforma de esta política.

Irán destinadas tanto a los agricultores y ganaderos como a las administraciones nacionales e incluirán nuevas medidas de flexibilidad en algunas de las exigencias de la condicionalidad. El comisario insistió en que “todo lo que no aporte valor añadido tendrá que desaparecer” y avanzó asimismo que “simplificación” será la palabra clave de la futura PAC.

A ello se refirió también el comisario durante un encuentro con los eurodiputados de la Comisión de Agricultura. En relación con esa futura reforma, que se aplicaría a partir de 2028, su idea no es acabar con la normativa vigente de un plumazo, sino mantener lo que funciona y eliminar lo que no. Habló de crear un entorno previsible, que haga que los jóvenes quieran incorporarse al campo y seguir en él, ahora y en 2040.

Recordó, además, que habrá que arreglárselas con un presupuesto limitado. Admitió que si no hay recursos adicionales tampoco puede haber obligaciones adicionales y añadió que habrá que emplear bien los fondos, centrándolos en quienes más lo necesitan.

En relación con la simplificación, el ministro de Agricultura portugués recordó durante el Consejo que cada vez que en la Unión Europea se habla de simplificación, se acaban complicando más las cosas.