Por José Miguel Viñas

 

Nos vamos acercando a septiembre, el mes de la vendimia por excelencia, y tiene especial interés conocer cuál será el comportamiento térmico y pluviométrico más probable, con las herramientas de predicción a largo plazo disponibles. Es sabido que a más allá de una semana vista la incertidumbre es muy alta en lo que respecta la incidencia de posibles fenómenos meteorológicos adversos para el viñedo en un estado vegetativo avanzado, como son el granizo, las lluvias abundantes y persistentes o las bajas temperaturas, impropias de la época. No obstante, resulta útil, en primera aproximación, conocer las tendencias apuntadas por modelos de predicción de confianza como el del Centro Europeo.

 

Las anomalías cálidas que nos han acompañado en la mayor parte de España durante julio y agosto (lo que llevamos de mes), tendrán continuidad durante el mes de septiembre. No serán de una magnitud tan grande, aunque sí significativa en muchas zonas de nuestro territorio. En promedio para todo el mes, en una amplia zona peninsular (gran parte del interior) se registrarán temperaturas entre +1 y +1,5 ºC (aquí se incluyen las grandes regiones vitivinícolas de Ribera del Duero y La Rioja), pudiendo ser algo más altas (entre +1,5 y + 2 ºC) en la mitad oeste de Castilla-La Mancha (provincias de Toledo y Ciudad Real).

 

En las zonas costeras peninsulares (a excepción del litoral de Cataluña y la Comunidad Valenciana), Baleares y Canarias, las anomalías de temperatura prevista serán –según el citado modelo del Centro Europeo– ligeramente positivas, con valores que no superarán (en promedio para todo el mes) los +0,5 ºC, por lo que en estos casos podemos pensar en que tendremos un mes de septiembre con temperaturas bastante ajustadas a los valores esperados según la climatología.

 

La otra variable de gran interés es la precipitación. En este caso no se obtiene una señal clara; ni a un mes de septiembre más húmedo ni más seco de lo normal, salvo en el área mediterránea, particularmente en Baleares y el sureste, donde las precipitaciones, previsiblemente serán inferiores a la media. Esta información es complementaria a la del comportamiento pluviométrico esperado el próximo mes, en el que, como sabemos, no suelen faltar a su cita las tormentas.

 

Estas tendencias a largo plazo no permiten deducir cuántos episodios tormentosos o de lluvias significativas tendrán lugar durante el próximo mes, ni su magnitud. Si la señal marcada por el modelo hubiera sido de un periodo “húmedo” o “muy húmedo”, se podría inferir que esto nos podría llevar a un septiembre particularmente tormentoso. Con la información disponible esto parece poco probable, aunque eso no significa que no vayamos a tener tormentas, ni que estas en algún momento puedan impactar con violencia (granizo) en zonas de viñedos.