En la última semana se han notificado nuevos focos de fiebre aftosa en el este de Europa, uno más en Eslovaquia, donde ya van cinco, y dos en Hungría, que suma cuatro. Algunos de ellos se han dado fuera de las zonas de protección y vigilancia que se habían establecido por los focos anteriores, lo que ha llevado a la Comisión Europea a establecer una zona restringida adicional, mucho más amplia, ya que considera que existe un alto riesgo de propagación de la enfermedad.

Los países afectados por las zonas restringidas son Eslovaquia y Hungría, así como Austria, que entra dentro del radio establecido en torno a los focos de los otros países.

Los animales sensibles a la enfermedad no pueden salir de ese perímetro, a menos que vayan a matadero para su sacrificio inmediato.

Además, los tres países implicados, y la República Checa, están reforzando los controles en sus fronteras para evitar la propagación.

Por otro lado, la Comisión Europea ha activado el banco de vacunas del serotipo cero de la fiebre aftosa para distribuir, por el momento, 500.000 dosis para su uso en rumiantes y porcino.