Al cierre del tercer trimestre del año, los precios de los piensos para el ganado mantenían la tendencia a la baja que se viene observando desde principios de 2024 y que ya se registró en 2023, después de dos años (2021 y 2022) de subidas acusadas. Sin embargo, considerando solo el mes de septiembre, la tendencia fue la contraria. En ese mes se registraron subidas, tanto en los cereales como en la harina de soja, que han frenado algo la trayectoria de descenso seguida el resto del año.

 

Según datos del Ministerio de Agricultura, a finales de septiembre, los piensos estaban entre un 6% y un 21% más baratos que a principios de año. En el caso de los animales lecheros la rebaja se sitúa en torno al 20%, mientras que en aves y porcino blanco está entre el 6% y el 8% y en porcino ibérico ronda el 7%.

 

En su informe, el Ministerio constata que septiembre estuvo marcado por un incremento del precio de los cereales (en la última semana estaban en torno a un 4% más caros que en la primera) y de la harina de soja (+3%). Esa evolución se explica, a nivel nacional, porque “continúa la retención de la oferta existente para los cereales cosechados en 2024, acompañada de una reactivación de la demanda por un incremento de los consumos ganaderos coincidente con el final del verano”.

 

A nivel internacional el elemento que influyó en la subida es el climatológico: falta de lluvias de zonas del Mar Negro (Bulgaria, Ucrania, Rusia) “que compromete la siembra para el año que viene”, inundaciones en Europa central, fuerte sequía en Brasil. Por el contrario, añade, “Estados Unidos prevé unas muy buenas cosechas y los informes emitidos por el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) respaldan unos stocks mundiales finales mayores que el año anterior”. Tampoco hay que olvidar otros factores que influyen en el mercado, como el incremento de la tensión en Oriente Próximo, las ayudas de China para reactivar la demanda interna o la fortaleza del euro frente al dólar.