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El Plan de Seguros Agrarios para el 2025 arrancó con un presupuesto estatal de 315 millones de euros que suponen un incremento de casi el 11% sobre las cifras del año anterior. A este volumen de fondos se deberán sumar las subvenciones que se planteen desde cada una de las comunidades autónomas donde existe una gran disparidad de apoyos, más importantes tradicionalmente en zonas con peso de las producciones de frutas y hortalizas y menos en aquellas donde dominan los cultivos extensivos en secano.
Al margen de los fondos, en el seguro agrario, en este momento, el eje del debate va más allá del volumen de los recursos y se centra en la viabilidad del sistema ante montante de las primas y la siniestralidad.
Los fondos aportados por Atocha suponen una cifra record que acompaña a otra siniestralidad record en el campo en cifras medias, al margen de fenómenos de siniestralidad extraordinarias. Las subvenciones mínimas a las primas para este Plan oscilan entre un 45% y un 50% de su coste en función de cada tipo de seguros y sus coberturas, pudiendo llegar las mismas a cubrir hasta el 70% del coste en el caso de jóvenes, profesionales o explotaciones prioritarias donde el Plan mantiene el incremento de la subvenciones en ocho puntos.
Con datos cerrados del año anterior, el seguro agrario registró ingresos por primas un montante de 930 millones de euros con 178.000 siniestros por 1.241 millones de euros; ambas son cifras record, con una producción asegurada de 16.748 millones sobre una producción agraria total de más de 65.000 millones de euros, 35.000 en la actividad agrícola y casi 30.000 en la ganadera. En este contexto hay que considerar que la actividad aseguradora en la rama ganadera es muy baja, frente a la agrícola, especialmente en los herbáceos, cereales que supone el grueso del volumen de las contrataciones en valor. Entre las causas más importantes de esta siniestralidad se hallan de nuevo la sequía en herbáceos, pedrisco en uva, granizo, heladas y fuertes tormentas. La superficie tasada supone en todos los cultivos 3,5 millones de hectáreas lo que significa el 58% de la superficie asegurada.
En lo que va de este ejercicio, los datos provisionales señalan la continuación de la alta siniestralidad en herbáceos, vino de vinificación, frutas y hortalizas y cítricos con unos daños en estos sectores de casi 500 millones.
Desde las organización es agrarias se entiende que las empresas aseguradoras aprovechan la alta siniestralidad como un argumento para hacer ajustes al alza de las primas. Pero no se asume que, en paralelo recortan garantías y coberturas. Desde el sector se entiende que el seguro agrario no tiene sentido si sus condiciones no animan a la suscripción de las pólizas. Desde las entidades aseguradoras se estima que tampoco tiene viabilidad el mismo si los resultados entre ingresos por primas y siniestralidad, no son atractivos. En este escenario, desde ambas partes se coincide en la importancia de los efectos del cambio climático que ha traído consigo una siniestralidad extraordinaria que debería ser absorbida no por el seguro, sino por un el conjunto de la economía. El cambio climático se considera debería contemplarse como un problema global y la soluciones deberían ser también globales. Más allá de la política del seguro nacional, se plantea el desarrollo de un fondo comunitario. A escala interior, el sector aboga por facilitar la universalización del seguro, lo que, además de aumentar los ingresos, contribuiría a diversificar más los riesgos y apoyar la viabilidad del sistema.
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Actualidad
Más fondos para los seguros agrarios
Montante de las primas y las coberturas se mantiene como ejes del debate entre sector y aseguradoras
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A paragraph is a self-contained unit of a discourse in writing dealing with a particular point or idea. Paragraphs are usually an expected part of formal writing, used to organize longer prose.
Vidal Maté
30/12/2024
El Plan de Seguros Agrarios para el 2025 arrancó con un presupuesto estatal de 315 millones de euros que suponen un incremento de casi el 11% sobre las cifras del año anterior. A este volumen de fondos se deberán sumar las subvenciones que se planteen desde cada una de las comunidades autónomas donde existe una gran disparidad de apoyos, más importantes tradicionalmente en zonas con peso de las producciones de frutas y hortalizas y menos en aquellas donde dominan los cultivos extensivos en secano.
Al margen de los fondos, en el seguro agrario, en este momento, el eje del debate va más allá del volumen de los recursos y se centra en la viabilidad del sistema ante montante de las primas y la siniestralidad.
Los fondos aportados por Atocha suponen una cifra record que acompaña a otra siniestralidad record en el campo en cifras medias, al margen de fenómenos de siniestralidad extraordinarias. Las subvenciones mínimas a las primas para este Plan oscilan entre un 45% y un 50% de su coste en función de cada tipo de seguros y sus coberturas, pudiendo llegar las mismas a cubrir hasta el 70% del coste en el caso de jóvenes, profesionales o explotaciones prioritarias donde el Plan mantiene el incremento de la subvenciones en ocho puntos.
Con datos cerrados del año anterior, el seguro agrario registró ingresos por primas un montante de 930 millones de euros con 178.000 siniestros por 1.241 millones de euros; ambas son cifras record, con una producción asegurada de 16.748 millones sobre una producción agraria total de más de 65.000 millones de euros, 35.000 en la actividad agrícola y casi 30.000 en la ganadera. En este contexto hay que considerar que la actividad aseguradora en la rama ganadera es muy baja, frente a la agrícola, especialmente en los herbáceos, cereales que supone el grueso del volumen de las contrataciones en valor. Entre las causas más importantes de esta siniestralidad se hallan de nuevo la sequía en herbáceos, pedrisco en uva, granizo, heladas y fuertes tormentas. La superficie tasada supone en todos los cultivos 3,5 millones de hectáreas lo que significa el 58% de la superficie asegurada.
En lo que va de este ejercicio, los datos provisionales señalan la continuación de la alta siniestralidad en herbáceos, vino de vinificación, frutas y hortalizas y cítricos con unos daños en estos sectores de casi 500 millones.
Desde las organización es agrarias se entiende que las empresas aseguradoras aprovechan la alta siniestralidad como un argumento para hacer ajustes al alza de las primas. Pero no se asume que, en paralelo recortan garantías y coberturas. Desde el sector se entiende que el seguro agrario no tiene sentido si sus condiciones no animan a la suscripción de las pólizas. Desde las entidades aseguradoras se estima que tampoco tiene viabilidad el mismo si los resultados entre ingresos por primas y siniestralidad, no son atractivos. En este escenario, desde ambas partes se coincide en la importancia de los efectos del cambio climático que ha traído consigo una siniestralidad extraordinaria que debería ser absorbida no por el seguro, sino por un el conjunto de la economía. El cambio climático se considera debería contemplarse como un problema global y la soluciones deberían ser también globales. Más allá de la política del seguro nacional, se plantea el desarrollo de un fondo comunitario. A escala interior, el sector aboga por facilitar la universalización del seguro, lo que, además de aumentar los ingresos, contribuiría a diversificar más los riesgos y apoyar la viabilidad del sistema.
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