La propuesta de Bruselas sobre la reglamentación relativa a las nuevas técnicas de selección genómicas (NTG) no salió adelante durante la presidencia española del Consejo de la UE (en el segundo semestre de 2023), tampoco durante el período de presidencia belga (primer semestre de 2024) y es muy poco probable que lo haga durante la actual presidencia húngara, en este segundo semestre del año. Las organizaciones agrarias europeas han manifestado su decepción porque cuentan con este tipo de plantas para poder adaptarse al cambio climático.

Hay que recordar que el proyecto de la Comisión Europea contempla dos categorías para las plantas obtenidas mediante estas nuevas técnicas. En la categoría I estarían aquellas que podrían darse de igual forma en la naturaleza y en la categoría II las que requieren más modificaciones genéticas. Las primeras no tendrían que pasar por los controles y exigencias previstas para las plantas transgénicas y, en consecuencia, obtendrían más rápidamente autorización para su comercialización.

Sin embargo, las negociaciones entre los Estados miembros han quedado bloqueadas en algunos puntos, entre ellos el de la prohibición, o no, de que estas plantas puedan patentarse.

Las organizaciones y cooperativas agrarias europeas (COPA-COGECA) han mostrado su decepción por la falta de avances de este proyecto. Su aprobación permitiría disponer de semillas más adaptadas al cambio climático, así como a ciertas plagas y enfermedades, un factor clave en un momento en el que los agricultores disponen cada vez de menos opciones de tratamiento de los cultivos.