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Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se abre otro capítulo en la política internacional que va a afectar a diversos sectores, incluyendo la agricultura y ganadería en España.

 

Su interés en negociar tratados internacionales genera incertidumbre, especialmente teniendo en cuenta los anuncios de aranceles en los que la fecha de aplicación tampoco está muy clara. Los expertos nos dan su opinión acerca de cómo puede evolucionar este asunto de hondo calado internacional.

 

Un mundo globalizado, con un mercado mundial

 

Estados Unidos es un agente de peso en el mercado internacional. Sin embargo, al estar en un mundo globalizado, la influencia es relativa. La llegada de Trump marca un cambio en la narrativa de los mercados, y -por ello- España debe estar preparada para adaptarse a un entorno competitivo y poco predecible.

 

España, como gran exportador de productos agroalimentarios, está más cómoda en un mercado internacional estable, pero también estamos acostumbrados a las turbulencias causadas por elementos geoestratégicos. La experiencia nos dice que, aunque las decisiones de la administración Trump generan incertidumbre a corto plazo, también representa una oportunidad para que el sector primario español mejore su capacidad de adaptación y su posicionamiento en el mercado global.

 

Tras el anuncio de Donald Trump sobre la imposición de aranceles a las importaciones de productos agrícolas desde el 2 de abril, uno de los primeros en pronunciarse al respecto ha sido el ministro de Agricultura, Luis Planas, quien insiste en que: "Si en algún caso los intereses de España o de la Unión Europea en materia agroalimentaria se vieran afectados, hay que adoptar inmediatamente medidas con extrema firmeza, también de proporcionalidad y con contundencia, como se hace en las cuestiones comerciales".

 

No obstante, el ministro del ramo ha asegurado (en un evento de Europa Press) que quien tiene las competencias a este respecto es la Unión Europea, y que en realidad el estar en un mercado global hace que se minimice el impacto por lo que la cadena de suministro va a seguir adelante: “Lo estamos viendo en las bolsas y en los indicadores económicos. Vivimos en una economía global interconectada y por tanto es muy difícil romper esa cadena de producción”.

 

Cautela ante posibles cambios

 

El secretario general de UPA, Cristóbal Cano, apuesta por ser prudente, ya que Trump "cambia de opinión, incluso a las pocas horas de hacer algunos anuncios". No obstante, sí que reclama a Bruselas que esté preparada para el desafío: "No le ha podido pillar esto por sorpresa ni con el pie cambiado y nos consta que se está trabajando en este posible escenario desde hace tiempo". Añade que "todo parece indicar que lo que hasta ahora era una amenaza, puede concretarse en una realidad. Esas tasas arancelarias por parte de la Administración Trump a las producciones agrícolas y ganaderas europeas parecen estar un poquito más cerca, por lo que la Comisión Europea debe ser beligerante".

 

En la misma línea, José María Castilla, director de la Oficina Permanente de ASAJA (Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores) en Bruselas, apuesta por no cerrarse en banda y tender la mano: “Lo que debe hacer el Gobierno de España es mantener todas las negociaciones de alto nivel que sean necesarias para evitar cualquier medida de arancel, guerra comercial o techo comercial. Porque Estados Unidos es un mercado importantísimo para las exportaciones españolas, donde la balanza comercial es positiva. Y allí hay un alto poder adquisitivo y donde se valora muchísimo el producto alimentario europeo (el español en concreto)”.

 

Es por eso que para el representante de ASAJA la diplomacia es fundamental en este asunto, pero unida a la firmeza en las negociaciones: “Lo que sí hago es un llamamiento a España a que no se duerma, a que de manera bilateral establezca una buena relación con Estados Unidos, y evite cualquier represalia hacia nuestro sector porque hubo un precedente: ya en la guerra comercial Airbus-Boeing (donde tanto Italia como Francia consiguieron -pese a estar dentro de Airbus- que los aranceles que se aplicaron (como fue el aceite de oliva) no les afectaran y ellos quedarán excluidos (también sus vinos y sus quesos…). Por eso es fundamental que hagan también esas relaciones internacionales de manera bilateral para limar cualquier tipo de asperezas”.

 

El sector agribusiness frente al nuevo escenario

 

Con el sector primario desempeñando un papel crucial en la economía mundial, la clave estará en mantenerse alerta y trabajar conjuntamente para garantizar que los productos españoles sigan destacando por su calidad y su capacidad de adaptación a los retos del futuro.

 

Gabriel Trenzado (director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España) advierte de posibles impactos indirectos sobre el sector alimentario español: “La llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, así como las acciones que ha ido anunciando sobre el comercio internacional, preocupan al sector cooperativo agroalimentario. Si todo lo que Trump ha anunciado en estos días es cierto, tendremos un comercio internacional con menos reglas comunes y posiblemente con muchos más conflictos internacionales generados por la acción en el curso de su mandato. Por ejemplo, solamente en el caso de Airbus, Estados Unidos podría legalmente imponer unas medidas de retorsión contra la Unión Europea (y algunos Estados miembros) de alrededor de 7.500 millones de dólares anuales, frente a los cerca de 4.000 millones de dólares a los que tendría derecho la Unión Europea por el caso Boeing. Ahora mismo retorsiones que están paradas por un acuerdo en 2021 entre la Comisión Europea y la Administración norteamericana, en ese caso con la Administración Biden saliente en estos momentos”, relata respecto a ese ejemplo tan parecido.

 

Desde Cooperativas Agro-alimentarias de España, Gabriel Trenzado lo tiene claro: La clave ahora es saber cómo va a actuar la Unión Europea, pero sobre todo la disciplina que tengan sus Estados miembros, porque aquí será clave el papel de la Unión Europea como conjunto para poder equilibrar la situación y abordar los próximos años del comercio internacional en Estados Unidos, que es uno de los principales destinos a nivel de valor de productos agroalimentarios de España”.

 

Es momento de hacer números y ver cómo cuál es la demanda de productos agrícolas, lo que indirectamente beneficiaría a los exportadores europeos, incluidos los españoles. De hecho, el propio presidente Trump Primero, se debe elaborar un informe que evalúe las tarifas y medidas adoptadas por cada país. Este informe será presentado al presidente, quien tendrá la última palabra sobre su implementación.

 

Cereales, oleaginosas y legumbres: un sector vigilante

 

Los productores cerealistas también están atentos. José María Álvarez, secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE) recuerda que: “A pesar de la relevancia como exportador de Estados Unidos, desde el sector de cereales y oleaginosas esperamos que la llegada de Trump tenga poca repercusión directa. No obstante, España es un país muy deficitario en estos productos y depende enormemente de las importaciones. De los aproximados 38 millones de toneladas que necesitamos anualmente, sólo somos capaces de producir de media unos 22, por lo que cualquier acción geopolítica implementada por el nuevo gobierno norteamericano que pueda interrumpir o poner en peligro el tráfico de estas materias primas, podría suponer graves consecuencias en nuestro país para toda la industria relacionada”.

 

Existe, por tanto, expectación ante los cambios en las políticas de Estados Unidos, pero no solo en cuanto a los cereales y semillas, sino que también las legumbres tiene un papel crucial respecto a los productores españoles: “Al igual que en cereales y oleaginosas, España también es un país muy deficitario en cuanto a producción propia de legumbres para consumo humano. En un sector en el que la posibilidad de abastecimiento exterior cuenta con pocas opciones, EEUU es uno de nuestros principales proveedores y cualquier medida restrictiva al comercio supondría un duro golpe. Lamentablemente, contamos con antecedentes. En 2018 en el marco de la ‘guerra comercial’ a raíz de la imposición por EE.UU. de aranceles adicionales sobre el acero y el aluminio europeo la UE aplicó como contrapartida, entre otros, un arancel del 25% a las importaciones de alubias de origen estadounidense”, añade José María Álvarez, desde ACCOE.

 

La cuestión arancelaria es un reto más para los fabricantes españoles, quienes están (lógicamente) más cómodos con precios estables, pero que trabajan duramente para garantizar su competitividad.

 

Diversificación: la palanca de cambio

 

Cualquier decisión de Donald Trump sobre acuerdos comerciales invita a abrir oportunidades para España en otros mercados. Los expertos coinciden en que la diversificación será la clave para mitigar posibles riesgos.

 

En este contexto, Jorge de Saja, director general de CESFAC (Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales), destaca un aspecto clave: la alimentación animal. Según De Saja: “El fenómeno de la presidencia de Trump en el comercio internacional no se puede entender como un hecho aislado, sino como una tendencia en el comercio mundial, una tendencia geopolítica que se reproduce en otros países, o mejor dicho, en otros bloques. Y siempre que hay lucha entre bloques, la lucha comercial la analizas en función del bloque al que te adscribes o al que presenta un mayor interés económico para ti. En ese sentido, la situación de Europa en general y de España en particular no es muy favorable, porque nosotros no podemos adscribirnos únicamente a un bloque. Somos dependientes en nuestras exportaciones tanto de aquellas que se dirigen a Asia en general y a China en particular, como las que se dirigen a América en general y muy en particular a Estados Unidos. Al mismo tiempo, nosotros (y eso se puede tener también en términos de fortaleza), las exportaciones de alguno de nuestros bloques son dependientes en una parte no tan importante, pero no despreciable de lo que nos exportan desde los otros bloques. Digamos que Europa está en una situación media en este conflicto comercial: no nos hemos adscrito a ningún bloque y somos clientes de ambos”.

 

Además, advierte que las negociaciones comerciales en curso, como un posible acuerdo con China o la presión sobre la Unión Europea, alterarán los flujos globales de estas materias primas: “La amenaza para exportaciones del sector primario son, en valor y cantidad, menores que las que nos llegan por el otro lado, como es el caso de China, que es el principal destinatario de las exportaciones cárnicas españolas. Estamos en los prolegómenos de una guerra comercial no declarada”.

 

Este panorama pone de relieve la importancia de diversificar mercados y reforzar la posición de los productos españoles en otros puntos (como Asia y Oriente Medio), regiones que han mostrado un crecimiento constante en la demanda de productos agroalimentarios. Es por eso que Jorge de Saja, experto en el sector agroalimentario, transmite cierta calma: “La experiencia nos demuestra que esta administración estadounidense que viene es amiga de utilizar técnicas de negociación maximalistas, es decir: pedir más, como punto de partida, de lo que te interesa, o, incluso, de lo que se está dispuesto a aceptar y luego al negociar, asumir que las expectativas se rebajan (por necesidades de equilibrios, compromisos o intereses contradictorios), pero siempre queda ser una mejor situación”.

 

En definitiva, aunque aún es pronto para determinar con exactitud cómo afectarán las políticas de Donald Trump al sector primario español, la incertidumbre invita a los productores agrícolas y ganaderos a adoptar estrategias de diversificación y refuerzo de la competitividad. Lo que parece claro es que, en un mundo globalizado, las decisiones políticas en un país tan influyente como Estados Unidos tendrán eco más allá de sus fronteras.

10/03/25 7:39
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Aranceles de Trump: incertidumbre para el campo español

Los productores agrícolas y ganaderos ya están en alerta ante posibles cambios en las exportaciones agroalimentarias.

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Comercio y mercado

WC - Comunidad - Autor - Fecha

Carmen Carbonell

10/03/2025

7 minutos
de lectura
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Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se abre otro capítulo en la política internacional que va a afectar a diversos sectores, incluyendo la agricultura y ganadería en España.

 

Su interés en negociar tratados internacionales genera incertidumbre, especialmente teniendo en cuenta los anuncios de aranceles en los que la fecha de aplicación tampoco está muy clara. Los expertos nos dan su opinión acerca de cómo puede evolucionar este asunto de hondo calado internacional.

 

Un mundo globalizado, con un mercado mundial

 

Estados Unidos es un agente de peso en el mercado internacional. Sin embargo, al estar en un mundo globalizado, la influencia es relativa. La llegada de Trump marca un cambio en la narrativa de los mercados, y -por ello- España debe estar preparada para adaptarse a un entorno competitivo y poco predecible.

 

España, como gran exportador de productos agroalimentarios, está más cómoda en un mercado internacional estable, pero también estamos acostumbrados a las turbulencias causadas por elementos geoestratégicos. La experiencia nos dice que, aunque las decisiones de la administración Trump generan incertidumbre a corto plazo, también representa una oportunidad para que el sector primario español mejore su capacidad de adaptación y su posicionamiento en el mercado global.

 

Tras el anuncio de Donald Trump sobre la imposición de aranceles a las importaciones de productos agrícolas desde el 2 de abril, uno de los primeros en pronunciarse al respecto ha sido el ministro de Agricultura, Luis Planas, quien insiste en que: "Si en algún caso los intereses de España o de la Unión Europea en materia agroalimentaria se vieran afectados, hay que adoptar inmediatamente medidas con extrema firmeza, también de proporcionalidad y con contundencia, como se hace en las cuestiones comerciales".

 

No obstante, el ministro del ramo ha asegurado (en un evento de Europa Press) que quien tiene las competencias a este respecto es la Unión Europea, y que en realidad el estar en un mercado global hace que se minimice el impacto por lo que la cadena de suministro va a seguir adelante: “Lo estamos viendo en las bolsas y en los indicadores económicos. Vivimos en una economía global interconectada y por tanto es muy difícil romper esa cadena de producción”.

 

Cautela ante posibles cambios

 

El secretario general de UPA, Cristóbal Cano, apuesta por ser prudente, ya que Trump "cambia de opinión, incluso a las pocas horas de hacer algunos anuncios". No obstante, sí que reclama a Bruselas que esté preparada para el desafío: "No le ha podido pillar esto por sorpresa ni con el pie cambiado y nos consta que se está trabajando en este posible escenario desde hace tiempo". Añade que "todo parece indicar que lo que hasta ahora era una amenaza, puede concretarse en una realidad. Esas tasas arancelarias por parte de la Administración Trump a las producciones agrícolas y ganaderas europeas parecen estar un poquito más cerca, por lo que la Comisión Europea debe ser beligerante".

 

En la misma línea, José María Castilla, director de la Oficina Permanente de ASAJA (Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores) en Bruselas, apuesta por no cerrarse en banda y tender la mano: “Lo que debe hacer el Gobierno de España es mantener todas las negociaciones de alto nivel que sean necesarias para evitar cualquier medida de arancel, guerra comercial o techo comercial. Porque Estados Unidos es un mercado importantísimo para las exportaciones españolas, donde la balanza comercial es positiva. Y allí hay un alto poder adquisitivo y donde se valora muchísimo el producto alimentario europeo (el español en concreto)”.

 

Es por eso que para el representante de ASAJA la diplomacia es fundamental en este asunto, pero unida a la firmeza en las negociaciones: “Lo que sí hago es un llamamiento a España a que no se duerma, a que de manera bilateral establezca una buena relación con Estados Unidos, y evite cualquier represalia hacia nuestro sector porque hubo un precedente: ya en la guerra comercial Airbus-Boeing (donde tanto Italia como Francia consiguieron -pese a estar dentro de Airbus- que los aranceles que se aplicaron (como fue el aceite de oliva) no les afectaran y ellos quedarán excluidos (también sus vinos y sus quesos…). Por eso es fundamental que hagan también esas relaciones internacionales de manera bilateral para limar cualquier tipo de asperezas”.

 

El sector agribusiness frente al nuevo escenario

 

Con el sector primario desempeñando un papel crucial en la economía mundial, la clave estará en mantenerse alerta y trabajar conjuntamente para garantizar que los productos españoles sigan destacando por su calidad y su capacidad de adaptación a los retos del futuro.

 

Gabriel Trenzado (director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España) advierte de posibles impactos indirectos sobre el sector alimentario español: “La llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, así como las acciones que ha ido anunciando sobre el comercio internacional, preocupan al sector cooperativo agroalimentario. Si todo lo que Trump ha anunciado en estos días es cierto, tendremos un comercio internacional con menos reglas comunes y posiblemente con muchos más conflictos internacionales generados por la acción en el curso de su mandato. Por ejemplo, solamente en el caso de Airbus, Estados Unidos podría legalmente imponer unas medidas de retorsión contra la Unión Europea (y algunos Estados miembros) de alrededor de 7.500 millones de dólares anuales, frente a los cerca de 4.000 millones de dólares a los que tendría derecho la Unión Europea por el caso Boeing. Ahora mismo retorsiones que están paradas por un acuerdo en 2021 entre la Comisión Europea y la Administración norteamericana, en ese caso con la Administración Biden saliente en estos momentos”, relata respecto a ese ejemplo tan parecido.

 

Desde Cooperativas Agro-alimentarias de España, Gabriel Trenzado lo tiene claro: La clave ahora es saber cómo va a actuar la Unión Europea, pero sobre todo la disciplina que tengan sus Estados miembros, porque aquí será clave el papel de la Unión Europea como conjunto para poder equilibrar la situación y abordar los próximos años del comercio internacional en Estados Unidos, que es uno de los principales destinos a nivel de valor de productos agroalimentarios de España”.

 

Es momento de hacer números y ver cómo cuál es la demanda de productos agrícolas, lo que indirectamente beneficiaría a los exportadores europeos, incluidos los españoles. De hecho, el propio presidente Trump Primero, se debe elaborar un informe que evalúe las tarifas y medidas adoptadas por cada país. Este informe será presentado al presidente, quien tendrá la última palabra sobre su implementación.

 

Cereales, oleaginosas y legumbres: un sector vigilante

 

Los productores cerealistas también están atentos. José María Álvarez, secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE) recuerda que: “A pesar de la relevancia como exportador de Estados Unidos, desde el sector de cereales y oleaginosas esperamos que la llegada de Trump tenga poca repercusión directa. No obstante, España es un país muy deficitario en estos productos y depende enormemente de las importaciones. De los aproximados 38 millones de toneladas que necesitamos anualmente, sólo somos capaces de producir de media unos 22, por lo que cualquier acción geopolítica implementada por el nuevo gobierno norteamericano que pueda interrumpir o poner en peligro el tráfico de estas materias primas, podría suponer graves consecuencias en nuestro país para toda la industria relacionada”.

 

Existe, por tanto, expectación ante los cambios en las políticas de Estados Unidos, pero no solo en cuanto a los cereales y semillas, sino que también las legumbres tiene un papel crucial respecto a los productores españoles: “Al igual que en cereales y oleaginosas, España también es un país muy deficitario en cuanto a producción propia de legumbres para consumo humano. En un sector en el que la posibilidad de abastecimiento exterior cuenta con pocas opciones, EEUU es uno de nuestros principales proveedores y cualquier medida restrictiva al comercio supondría un duro golpe. Lamentablemente, contamos con antecedentes. En 2018 en el marco de la ‘guerra comercial’ a raíz de la imposición por EE.UU. de aranceles adicionales sobre el acero y el aluminio europeo la UE aplicó como contrapartida, entre otros, un arancel del 25% a las importaciones de alubias de origen estadounidense”, añade José María Álvarez, desde ACCOE.

 

La cuestión arancelaria es un reto más para los fabricantes españoles, quienes están (lógicamente) más cómodos con precios estables, pero que trabajan duramente para garantizar su competitividad.

 

Diversificación: la palanca de cambio

 

Cualquier decisión de Donald Trump sobre acuerdos comerciales invita a abrir oportunidades para España en otros mercados. Los expertos coinciden en que la diversificación será la clave para mitigar posibles riesgos.

 

En este contexto, Jorge de Saja, director general de CESFAC (Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales), destaca un aspecto clave: la alimentación animal. Según De Saja: “El fenómeno de la presidencia de Trump en el comercio internacional no se puede entender como un hecho aislado, sino como una tendencia en el comercio mundial, una tendencia geopolítica que se reproduce en otros países, o mejor dicho, en otros bloques. Y siempre que hay lucha entre bloques, la lucha comercial la analizas en función del bloque al que te adscribes o al que presenta un mayor interés económico para ti. En ese sentido, la situación de Europa en general y de España en particular no es muy favorable, porque nosotros no podemos adscribirnos únicamente a un bloque. Somos dependientes en nuestras exportaciones tanto de aquellas que se dirigen a Asia en general y a China en particular, como las que se dirigen a América en general y muy en particular a Estados Unidos. Al mismo tiempo, nosotros (y eso se puede tener también en términos de fortaleza), las exportaciones de alguno de nuestros bloques son dependientes en una parte no tan importante, pero no despreciable de lo que nos exportan desde los otros bloques. Digamos que Europa está en una situación media en este conflicto comercial: no nos hemos adscrito a ningún bloque y somos clientes de ambos”.

 

Además, advierte que las negociaciones comerciales en curso, como un posible acuerdo con China o la presión sobre la Unión Europea, alterarán los flujos globales de estas materias primas: “La amenaza para exportaciones del sector primario son, en valor y cantidad, menores que las que nos llegan por el otro lado, como es el caso de China, que es el principal destinatario de las exportaciones cárnicas españolas. Estamos en los prolegómenos de una guerra comercial no declarada”.

 

Este panorama pone de relieve la importancia de diversificar mercados y reforzar la posición de los productos españoles en otros puntos (como Asia y Oriente Medio), regiones que han mostrado un crecimiento constante en la demanda de productos agroalimentarios. Es por eso que Jorge de Saja, experto en el sector agroalimentario, transmite cierta calma: “La experiencia nos demuestra que esta administración estadounidense que viene es amiga de utilizar técnicas de negociación maximalistas, es decir: pedir más, como punto de partida, de lo que te interesa, o, incluso, de lo que se está dispuesto a aceptar y luego al negociar, asumir que las expectativas se rebajan (por necesidades de equilibrios, compromisos o intereses contradictorios), pero siempre queda ser una mejor situación”.

 

En definitiva, aunque aún es pronto para determinar con exactitud cómo afectarán las políticas de Donald Trump al sector primario español, la incertidumbre invita a los productores agrícolas y ganaderos a adoptar estrategias de diversificación y refuerzo de la competitividad. Lo que parece claro es que, en un mundo globalizado, las decisiones políticas en un país tan influyente como Estados Unidos tendrán eco más allá de sus fronteras.

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